miércoles, 4 de mayo de 2011

Historias estudiantiles en el Nou Congost

Este es el "paji-artículo" con motivo del partido de Manresa. Qué poquito nos queda ya de temporada... y qué cara más graciosa tiene Casimiro hace 15 años.

Manresa es una de las plazas ACB con más solera y su “Nou Congost” uno de los grandes fortines de la competición. La misma cancha en la que se dieron a conocer para el gran público nuestros Oliver y Asselin y donde nuestro “míster” Luís Casimiro tocó el cielo. A costa, por cierto, de Asefa Estudiantes. Estas son algunas historias estudiantiles en la cancha manresana, donde solo hemos ganado 11 veces en 34 visitas.

Hace 80 años Manresa era un hervidero. La capital de la comarca catalana del Bagés vivía años de esplendor, basados en la industria textil, que lógicamente afectaban también en la vida social, cultural y, como no, deportiva. Por aquellos años empezaba a pegar fuerte un deporte que había importado de los Estados Unidos el Padre Millán que iba de meter un balón en una cesta 
Así, siguiendo los pasos que se estaban dando en multitud de ciudades, aquel ya lejano 1931 no solo se “fundaba” la II República Española, sino que también lo hacía el Manresa Basquetbol Club, que tres años después se fusionaba con el CB Bagés para crear la histórica UE Manresana, hoy Basquet Manresa, con el apellido comercial de Assignia.

En 1968 ascendieron por primera vez a la máxima categoría, Liga Nacional. En esta categoría son unos de los históricos: 14 temporadas consecutivas, y después, desde 1983 fundadores de la ACB. Sólo han jugado categorías más bajas desde aquel ascenso en 5 ocasiones.

EL NOU CONGOST, FÁBRICA DE SUEÑOS
Y con motivo de ese ascenso del año 68 se inauguró el pabellón Congost, en el que se forjaron las señas de identidad de este club. Allí jugaron hasta 1992, cuando inauguraron su actual cancha, el “Nou Congost”.

En este nuevo Congost el Manresa escribió las páginas más brillantes de su octogenaria trayectoria: la Copa de 1996 y, sobre todo, la Liga ACB de la 1997-98, una gesta que posiblemente sea la mayor sorpresa de la historia del baloncesto español.

Uno de los protagonistas de aquel hito histórico fue el actual técnico de Asefa Estudiantes, Luís Casimiro. Debutaba como primer entrenador en la ACB, y lo hizo de la mejor manera posible. “La realidad superó al mejor de los sueños”, recordaba con motivo de sus 400 partidos en la categoría.



CASIMIRO: EL TÉCNICO DEL MILAGRO
“El Manresa siempre ha sido, sigue siéndolo, un club con las ideas muy claras” –apunta. “Aquel equipo estaba muy bien hecho, todo fue fruto del buen trabajo y de la buena química”, recuerda el entrenador estudiantil. Por cierto, que la primera víctima de aquellos “TDKampions” fue Estudiantes: en cuartos de final fulminaron el factor cancha que teníamos a favor y sentenciaron en los dos partidos del Nou Congost.

Pero Casimiro no es el único estudiantil que se hizo un nombre para el gran público ACB en el Nou Congost. Es el caso del base Albert Oliver y del pívot Josh Asselin.

OLIVER Y ASSELIN: HISTORIAS PARALELAS
Asselin, en el Manresa
Oliver jugó en Manresa cinco temporadas: llegó en liga LEB en 2001-02 procedente del Lleida, ascendió a ACB con ellos y se convirtió en un jugador básico para Ricard Casas y una de las sensaciones de la liga. Llamó la atención de los grandes, pero hasta que el Manresa no bajó no se marchó: fue en 2006, cuando fichó por el Pamesa Valencia. El resto de la historia la conocemos.

Cuando Oliver salía de Manresa, llegaba al Bagés Josh Asselin. Procedente del Lobos Cantabria, el estadounidense con pasaporte dominicano repitió el guión que había escrito Albert, pero más cerca del aro, claro.

Ascenso de LEB a ACB con un papel principal que seguiría teniendo en la máxima categoría: con una tremenda regularidad en los dos años que vistió en ACB la elástica manresana llegó a ser MVP una jornada y a llamar la atención de los grandes, fichando finalmente por el Cajasol en 2009. Todos sus años en Manresa fueron a las órdenes del técnico actual, Jaume Ponsarnau, otro atípico caso de continuidad en un mismo club.

Asselin tiene bien claro que una de las grandes fortalezas del Assignia Manresa es el Nou Congost. “Los años que estuve allí vi que al principio nadie cree mucho ellos, pero luego siempre sorprenden, y en casa son capaces de ganar a todos”.

Para el dominicano será “especial” volver a Manresa, pero reconoce que “lo más importante es que el equipo gane”.

UNA CANCHA QUE NO SE DA BIEN
La verdad es que los procedentes no lo ponen demasiado fácil: el balance de los partidos Assignia Manresa- Asefa Estudiantes disputados en el Congost antiguo y el nuevo es de 23-11 para los locales. Aunque hay un precedente positivo: la última visita el Asefa Estu se llevó la victoria por 76-86, en la jornada 8 de la temporada 2009-10, con 21 puntos de Ahearn y 20 de Jasen. Un partido que, por cierto, también fue entre semana.

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