Lágrimas

Ni en el guión etílico-festivo más absurdo se nos hubiera ocurrido a nadie que íbamos a ganar el derbi así. Las lagrimas que se me escaparon al final en tribuna de prensa, pasando durante unos minutos de seguir escribiendo, significan mucho.

Básicamente porque llevo siendo un puto fanático de este equipo desde mi adolescencia, viviéndolo a flor de piel... y llevaba sin llorar en una cancha desde el primer partido de la final ACB, con ese arbitraje de mierda que nos privó a la postre del título.

Vamos, que no soy de lágrima fácil, y menos por el baloncesto, que pese a que es mi vida (o parte fundamental de ella) me lo he tomado siempre de forma lúdico-festiva, como marca la filosofía demente. Pero lo de ayer... ¡joder lo de ayer!.

Han sido semanas de muchísimo trabajo, entre lo de Asefa y preparar el derbi, y ese triple de Clark ha sido la culminación ideal al curro bien hecho. Y tanta tensión tenía que reventar por algún sitio.

Y también porque con el partidazo de Clark me era imposible no acordarme de la cantidad de conversaciones que tuve con Amanda sobre si el muchacho en cuestión valía o no para ACB. Yo, en un acto de fe demencial, siempre he apostado por él... como he apostado por Caio Torres, por Mendiburu y hasta por Potapenko si me apuras. Pero Amanda no paraba de decir que el que era un penco era Daniel, que no valía para nada, que le vio con el junior en L´Hospitalet y le pareció que sólo era un tiratriples, que tal y que pascual...

... no poder llamarla por teléfono tras el partido para decirle "¿vale o no vale Clark, gilipollas?" me mata.

2009 ha sido un año muy duro. Nos merecíamos un partido así.